En 1980, poco antes del golpe de Estado, Esber Yagmurdereli fue sentenciado a 5 años de cárcel acusado de "apoyar movimientos políticos ilegales". En 1982, mientras cumplía su sentencia, los militares que tomaron el poder tras el golpe de 1980 decidieron cambiar su pena de cinco años a cadena perpetua. Después de cumplir 13 años y 5 meses de dicha condena fue dejado en libertad condicional.

Tras su liberación continuó sus actividades en favor de las libertades fundamentales y fue invitado a participar en varias manifestaciones, por lo que nuevamente fue acusado por progaganda separatista en base al artículo 8 de la Ley Antiterrorista por un discurso que pronunció en 1991 en una reunión organizada por la sección de Estambul de la Asociación Turca de Derechos Humanos, en el que criticaba el trato dado por el Estado a la minoría kurda en las provincias del sudeste.

Como resultado de este discurso, Esber Yagmurdereli fue condenado a 10 meses de cárcel en virtud del artículo 8 de la Ley Antiterrorista. Durante ese tiempo los recursos en apelación presentados por Esber Yagmurdereli fueron rechazados. Los tribunales turcos han resuelto que el mencionado discurso violó los términos de la libertad condicional sobre la cadena perpetua dictada contra él en 1985, sentencia que se le impuso tras un juicio que, en su momento, Amnistía Internacional condenó por considerar que conculcaba claramente las normas internacionales relativas a juicios con las debidas garantías.

En consecuencia, cuando Esber Yagmurdereli fue arrestado por fuerzas policiales el 19 de octubre de 1997, cuando abandonaba los estudios de la cadena de televisión KANAL D, se trataba de que cumpliera el resto de la sentencia a prisión perpetua, impuesta el tribunal Militar en 1982, así como a la de diez meses pronunciada por la Corte de Seguridad.

Esber Yagmurdereli fue puesto en libertad el 10 de Noviembre de 1997, por motivos de salud, después de ser indultado por el Presidente Demirel. Este mecanismo poco habitual parece haberse utilizado para evitar las enérgicas críticas provocadas por la detención de Esber Yagmurdereli tanto en Turquía como en el extranjero.

Indulto que sin embargo no resolvía de modo definitivo su situación, puesto que únicamente posponía por un año la ejecución de las dos sentencias pronunciadas en su contra y Esber Yagmurdereli fue arrestado el lunes 1 de junio de 1998 en Ankara cuando fue a visitar a su abogado, y de allí habría sido trasladado a la cercana prisión de Çankiri. Este nuevo arresto es el resultado de su negativa a presentar un certificado médico para apoyar la pretensión presidencial de que había sido indultado por sus problemas de salud.

Esber Yagmurdereli se encuentra recluido en la Prisión Central Cerrada de Çankiri una pena de 23 años de prisión..

En los años ochenta, mientras estaba en la cárcel, Esber Yagmurdereli se dio a conocer como un excelente narrador de historias cortas y ganó un premio nacional en 1986. Su fama de defensor de los derechos humanos no ha dejado de afianzarse. En 1996, su asistencia fue de capital importancia a la hora de resolver una huelga de hambre en una cárcel en la que murieron 12 presos. Hace poco expandió sus intereses literarios al teatro dramático. En 1997, el Ankara Arts Theater produjo su obra Akrep («Escorpión»), que trata de la pena de muerte y describe cinco días que Yagmurdereli pasó en compañía de un preso que fue ahorcado en 1982.

A menos que el gobierno turco reforme la legislación que restringe la libertad de expresión, Esber Yagmurdereli pasará en la cárcel los próximos 17 años por pronunciar un discurso en el que criticaba el trato dado por el Estado a la minoría kurda en las provincias del sudeste.

Amnistía Internacional lo ha adoptado como prisionero de conciencia y está haciendo un llamamiento por su liberación inmediata e incondicional. Es preciso que se ejerza urgentemente una presión internacional en favor de la reforma para evitar que este hombre, ciego desde un accidente de la infancia, cumpla una sentencia que le mantendrá encarcelado hasta 2015.

Al ser uno de los más famosos prisioneros de conciencia en Turquía, la liberación de Esber Yagmurdereli, así como la de otros prisioneros de conciencia, simbolizaría la voluntad de una mayor democratización por parte de las autoridades turcas.